En el año 1836 un grupo de ciudadanos pertenecientes a Estados Unidos quiere incorporar a su país el extenso territorio de Texas, el cual pertenecía a México desde 1921. Unas doscientas personas toman el fuerte denominado El Álamo y son vencidos por fuerzas mexicanas después de soportar cerca de trece días de asedio. En ese mismo año, los mexicanos son vencidos en la definitiva batalla de San Jacinto, pero en el año 1845, Estados Unidos logra quedarse con el inmenso territorio de Texas como un nuevo Estado a cambio de deudas contraídas por los mexicanos.