Ei término estructura, nacido del latín, lleva en su origen al verbo struere, que significa "disponer, reunir ordenadamente, construir". Ha conservado ese sentido, puesto que es "distribución y orden de las partes que componen un todo".
El escrito —como toda obra material humana— es producto de un trabajo de elaboración interna y otro de realización exterior. Su estructura tiene, pues, una faz no aparente, que se cumple en la mente del redactor y lo induce a escribir de determinada manera, y otra visible, materializada en lo escrito.
Por ser la estructura algo así como el esqueleto del escrito, o la base de su estabilidad —como en un edificio—, es evidente la importancia que tiene su correcta conformación para la validez de la obra.