La religión es una forma de organización social, que tiene como base el culto a las divinidades de un pueblo o grupo humano, las enseñanzas y revelaciones de esas divinidades, y los ritos con que se honran o se veneran, así como las reglas de organización social que establecen para sus miembros.
La religión es tan antigua como la humanidad, pues surge a partir de dos necesidades básicas del ser humano. La primera es la necesidad de obtener una explicación del mundo y de las fuerzas naturales e incontrolables: la lluvia, el viento, los huracanes, los terremotos; así como las fieras y otros animales que se acercaban al hombre. La segunda, es la necesidad de seguridad ante esas fuerzas naturales, así como sentir un apoyo y protección en su vida personal y comunitaria, de esas fuerzas superiores. Siendo fuerzas naturales incontrolables, se comienza a pensar en que se pueden ofrecer cantos, danzas, dones o sacrificios para calmar, o al contrario, para invocar a esas fuerzas; además, al relacionar sus manifestaciones o su ausencia con comportamientos individuales o del grupo, se establecen también las primeras reglas de comportamiento comunitario.
El desarrollo de la religión es paralelo al desarrollo del culto a los muertos, por lo que, entre muchos grupos humanos, sus líderes eran relacionados con algunas de esas fuerzas naturales o con los animales, y a su muerte se les veneraba por sus atributos y virtudes. En muchos casos, esta veneración del líder fue pasando las generaciones, y la identidad de la persona se unía con la fuerza natural asociada, perdiéndose la identidad del individuo como personaje histórico, y quedando su nombre o su identidad, como el de un dios (proceso de antropomorfismo), alrededor del cual las comunidades establecían mitos, leyendas y ritos para solicitar su ayuda y calmar su ira.
En la mayoría de las culturas, el antropomorfismo de las fuerzas, llevó pensar en que los dioses tenían una organización equivalente a la sociedad humana, y que la humanidad es un reflejo de organización divina: hay un dios padre y una diosa madre, que dan origen a todo el universo y a todos los demás dioses, que se encargan de cada uno de los aspectos de la naturaleza, de la actividad y de las actitudes humanas.
Los mitos y leyendas pasan de ser relatos transmitido por vía oral, y se reúnen en libros sagrados, que se consideran directamente dictados por las divinidades. En estos libros sagrados se establecen también las regla y leyes con que se debe regir la comunidad creyente, y se establecen ritos y sacrificios para venerar y adorar a la divinidad.
En cuanto a la organización social, la religión determina el comportamiento general de la sociedad creyente, su comportamiento ante otros cultos, y su forma de gobierno, con el establecimiento de normas legales y morales. Las normas legales son aplicables a toda la comunidad y su observación es vigilada por una autoridad, en general, penal y religiosa, mientras que las normas morales son las enseñanzas que cada individuo cumple en su vida diaria, y si las quebranta, no hay una sanción directa, sino que el mismo individuo por sí mismo siente malestar o arrepentimiento por la transgresión, y en algunos casos, este arrepentimiento está ligado a su situación como persona ante la divinidad, por lo que para obtener el perdón, requiere ser confesado ante la autoridad religiosa o ante la comunidad, y si también es transgresión legal, ser castigado por ello. Los libros sagrados también se determina la forma en que se llevará el gobierno ya sea que recaiga en un solo grupo o familia, o estableciendo las reglas para elegir a un nuevo gobernante. En muchas, el gobernante civil también rige en los asuntos religiosos, mientras que en otras, el culto y los ritos están reservados a una casta sacerdotal, que guía y aconseja al gobernante designado por las divinidades.
La concepción religiosa más reciente, es el monoteísmo. En ella se considera que la creación del mundo y sus fuerzas, es producto de un solo dios, con poder y conocimiento ilimitados. Esta idea surge en el año 1300 a.C., con el faraón Akenatón, que decretó como única divinidad al sol. Después de su muerte, la oposición de los cultos tradicionales provocó el destierro de los sacerdotes de Atón a la región de Palestina, donde permanecieron junto con cultos politeístas locales. Después de la conquista de los Asirios, alrededor del año 586 a.C., los líderes semíticos fueron enviados a Babilonia, y entre los pobladores que quedaron, comenzó a tomar fuerza la idea monoteísta, eliminando a la diosa madre Asherah, y quedando el culto de un solo dios. Al regresar al territorio de Palestina, se combinaron el monoteísmo egipcio y las costumbres babilionias, para dar origen a la primera religión monoteísta estable: el Judaísmo.

Características de las religiones:
Hay cuatro tipos principales de religiones:
Duoteísmos. Las religiones duoteístas consideran que hay sólo dos dioses generadores de todo, un dios padre y una diosa madre. Generalmente es el estado más primitivo que después deriva generalmente en el politeísmo, considerando las fuerzas naturales controladas por sus dioses hijos dioses hijos. Algunas concepciones religiosas actuales retoman la idea de un dios padre y una diosa madre, que dieron origen a todo lo que existe.
Politeísmos. Es la más antigua y se caracteriza por tener muchos dioses, que representan el origen de todo, las fuerzas naturales, y las pasiones y trabajos del ser humano. En general se considera que la mayoría de los dioses son hijos de los dioses primigenios o dioses generadores, el dios padre y la diosa madre. Sin embargo, muchas culturas también consideraron otros parentescos, como tíos o primos.
Monoteísmos. Son las religiones que tienen un solo dios y actualmente las más extendidas. Aunque generalmente identificado con algún nombre masculino, se considera una entidad divina eterna, omnipotente e ilimitada, por lo que no tiene límites como el cuerpo o la sexualidad, sino que basta su sola voluntad para dar origen a todo lo que existe.
Panteísmos. Las religiones panteístas consideran que todo lo que nos rodea, todo lo que existe, es una presencia divina, o sea que, no sólo es producto de la voluntad de uno o varios dioses, como el monoteísmo y el politeísmo, sino que todo en sí mismo está cargado de divinidad y por lo tanto todo a nuestro alrededor es dios, es digno de respeto y veneración.