Narra la vida de los pastores, en forma exagerada, tal como la imaginan los escritores. Como ejemplo, presento un trozo de La Galatea, de Miguel de Cervantes Saavedra.
"Libres ya y desembarazadas de lo que aquella noche con sus ganados habían de hacer, procuraron recogerse y apartarse con Theolinda en parte donde, sin ser de nadie impedidas, pudiesen oír lo que del suceso de sus amores-le's faltaba y así se fueron a un pequeño jardín que estaba en casa de Galatea, y, sentándose las tres debajo de una verde y pomposa parra que intrincadamente por unas redes de palo se entretejía, tornando a repetir Theolinda algunas palabras de lo que antes había dicho, prosiguió diriendo:
—Después de acabado nuestro baile y el canto de Artidoro —como os he dicho, bellas pastoras—, a todos nos pareció volvernos a la aldea a hacer en el templo los solemnes sacrificios y por parecemos asimismo que la solemnidad de la fiesta daba en alguna manera licencia para que, no teniendo cuenta tan a punto con el recogimiento, con más libertad nos holgásemos: y por esto, todos los pastores y pastoras, en montón confuso, alegre y regnriiadnmente a la a'dea nos volvimos, hablando cada uno con quien más gusto le daba." (Cfr. Bibliografía complementaria, N? 3)