El síndrome del príncipe azul es una variación del complejo de cenicienta. Mientras que en el complejo de cenicienta es generalmente la mujer quien vive martirizada esperando a su príncipe azul, en el síndrome del príncipe azul, son tanto hombres como mujeres quienes viven esperanzados en encontrar algún día a su pareja soñada.
Pero a diferencia del complejo de cenicienta, las personas con síndrome del príncipe azul no necesariamente viven mal o trabajando abnegadamente mientras esperan a su pareja ideal muchos tiene una posición pudiente y rodeada de lujos. En muchos casos estas personas ya tienen pareja, pero siempre le encuentran defectos y esto complica su relación, pues de una u otra forma su pareja termina sintiéndose insuficiente para ellos.
Este síndrome se da principalmente en personas perfeccionistas e inseguras quienes quieren cubrir sus fallas con las virtudes de una pareja perfecta. Algunos lo que buscan inconcientemente es a alguien que los suba de estatus, por eso idealizan a la pareja. Rica, bella y poderosa. Todo esto demuestra que la persona se siente inconcientemente intranquila, inferior o desprotegida, por eso busca a alguien quien pueda darle la protección, afecto, cuidados y satisfacciones que siente que le faltan.
Este trastorno surge en la infancia o en la adolescencia, pues es entonces que las personas con la educación que reciben y la cultura que los rodea, comienzan a idealizar a la persona con quien les gustaría formar una pareja, muchos con las experiencias que vivan cambiaran y se irán acoplando a la realidad, pero otras personas por el contrario, idealizan cada vez más a la persona con quien les gustaría estar. Llegando a casos tan extremos que solo se buscaran parejas si tienen el aspecto físico, intelectual, moral o económico que ellas idealizan. Por ejemplo hay mujeres que solo buscan hombres rubios de ojos azules y tipo estadounidense, pues se parecen a su artista favorito, hombres que creen encontrar a su alma gemela en una mujer de exótica belleza, lozana juventud e histórico abolengo, etc.
Las personas con síndrome del príncipe azul, imaginan generalmente a su pareja perfecta como un hombre o mujer sin defectos o pocos de ellos, con un carácter o personalidad completamente acoplable a ellos, generalmente con una belleza muy superior a la de la mayoría del mundo y de ellos mismos. Muchos imaginan a su pareja tremendamente adinerado, con una inteligencia superdotada, con un abolengo que roza a la realeza y con un poder que supera a cualquier persona y resolvería sin complicaciones su pesada situación en caso de haberla.
Las personas con este trastorno generalmente sienten cierto rencor hacia las personas del sexo opuesto, pues ninguno satisface sus expectativas y en muchas ocasiones los maltratan o les buscan defectos constantemente. Las personas que les atraen suelen estar ya comprometidos e incluso casados pues son estas personas probablemente más estables, cariñosas etc. y por ello en ocasiones terminan siendo sus amantes. En ocasiones buscan inconcientemente en su pareja ideal a alguien como su padre (en el caso de las mujeres) o como su madre (en el caso de los hombres) ya que en sus padres inconcientemente encuentran la perfección (muchas mujeres ven en su padre al hombre perfecto, culto amable y que las trate como princesas, mientras que los hombres buscan a una mujer que siga cuidándolos y tratándolos como lo hace su madre)
Conciente o inconcientemente maltratan a sus parejas, en muchas ocasiones de forma casi imperceptible, o les hacen saber casi siempre inconcientemente que ellos no son lo suficientemente buenos para ellas o ellas en el caso de ellos. Discuten con facilidad por cosas ridículas, elogian a otro frente de ellos, miran con coquetería o deseo a un tercero más parecido a su idealización. Sin darse cuenta de ello siguen buscando a su pareja ideal, ya sea afuera de la relación que ya tienen o tratando de cambiar a su actual pareja para que se asemeje a su idealización, los fuerzan a vestirse, arreglarse, y comportarse como a ellos les gusta, en casos extremos les piden que se operen, inyecten o modifiquen su cuerpo para parecerse a su idealización, terminan destrozando a su pareja hasta transformarlo en lo que ellos buscan, renegando de la naturaleza de su pareja y convirtiéndolo físicamente en algo parecido a su príncipe azul o princesa.
Las personas con síndrome del príncipe azul suelen terminar abandonadas por sus parejas o siendo ellas quienes abandonan a sus consortes en busca de alguien mejor. Cuando logran superar este trastorno y aceptan que las personas tienen cualidades y defectos entonces pueden llevar una vida plena y satisfactoria. Por ello es necesario que las personas con este síndrome busquen ayuda con un terapeuta y superen sus inseguridades, temores y complejos y aprendan a vivir sin buscar a alguien con quien llenar sus vacíos emocionales, deben aprender a aceptarse para poder aceptar a los demás como son.